5 jul 2011

Retrospectiva honesticida


Es hora de que alguien diga las cosas como son, viejo: todo el mundo mira hacia atrás, hacia el pasado y la niñez, y lo recuerda todo con amor y con un manto de benevolencia absoluto. Era todo lindo, todo rico y todo mejor. Patrañas. Había cosas geniales y había mierdas insostenibles, a saber:


- La Teem, la Mountain Dew, la Tab y el jugo de manzana Cipolletti eran horrorosos.
- Las mielcitas estaban buenas pero implicaban meterse en la boca un sachet de plástico manoseado por un kioskero de dudosas costumbres bromatológicas.
- Mazinger Z era grosso: lo manejaba un japonesito que no se avergonzaba de llamarse Koji Kabuto, vivía adentro de una pileta y tenía una novia que lanzaba las tetas en forma de misiles; en contrapartida, Robotech era una gilada lisérgica que provocaba náuseas a los 35 segundos.
- La Tita y la Rhodesia eran ricas, pero eran la misma cosa, sólo que una era más larga que la otra. Y a las dos se les caían los cuadraditos de chocolate, obligándolo a uno a chupar un papel metalizado horrendo.
- Al Pato Donald nunca se le entendió un carajo y, en contra de toda lógica, es el personaje más imitado de Disney. Hasta Giordano lo imita, aunque él no sea consciente.
- Brigada A es, probablemente, la mejor serie de la historia. McGyver es, probablemente, la más pedorra. Y ambas se tratan de lo mismo: señores que se encierran en un garage y, con una bandita elástica, 100 de paleta sanguchera y un revipóster de Carlitos Balá, arman un camión-helicóptero con 60 misiles tierra-aire y blindaje antitanques.
- Superman y Clark Kent son IGUALES. Había que ser un salame diplomado para no darse cuenta, y sin embargo toda la historia se sostenía en eso. Increíble: nadie era capaz de atar cabos y llegar a la conclusión de que ambos son, en realidad, Guillermo Pardini.
- Mi pequeño Pony... ¿qué decir de eso, más que se trataba de la nada misma?
- El pulpo Manotas era grosso, pero perdería por goleada un mano a mano con Bob Esponja.
- Flavia Palmiero estaba buenísima, pero el Sr. Televisor daba ganas de cagarlo a patadas en la pera, que no tenía.
- Lorena Paola no tenía apelllido y jamás crecía. Era todo muy sospechoso. Una generación después pasó lo mismo con Valeria Britos, que tiene 37 años y cara de 16 desde 1992.


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